En la Cumbre Climática 2024 de las Naciones Unidas (COP29) en Bakú, capital de Azerbaiyán, se revelaron los resultados del Índice de Desempeño frente al Cambio Climático. Se trata de un estudio realizado por expertos que evalúa la acción contra el calentamiento global de 63 países más la Unión Europea. La Argentina se desplomó de forma inédita en la tabla (quedó en los últimos puestos) y Javier Milei fue criticado tras la retirada de su delegación de la COP29. Pero los resultados generales son más bien desalentadores: los tres primeros lugares del ranking permanecen vacantes porque ninguna nación está haciendo suficientemente para detener el cambio climático.

El Índice es elaborado por Germanwatch, una ONG alemana. La clasificación se basa en cuatro indicadores clave: emisiones de gases con efecto invernadero; energías renovables; ahorro y eficiencia energética, y políticas climáticas. 

En el ranking, la Argentina ocupa el puesto 59. Esto implica una caída de seis puestos respecto del año pasado, ya que estaba en el 53. Este descenso es un reflejo de la postura de Milei, quien niega el cambio climático y, desde que asumió en el Gobierno, tomó una serie de medidas alineadas con esa creencia.

RANKING. La Argentina sigue siendo criticada por su falta de ambición en sectores clave como la energía, la agricultura y la ganadería. / GERMANWATCH

La tesitura argentina quedó explicitada en la breve estancia de la representación argentina en la COP29. Antes de irse, los delegados presentaron un documento con la postura oficial. “La República Argentina rechaza la imposición de regulaciones y prohibiciones impulsadas precisamente por los países que se desarrollaron gracias a hacer lo mismo que hoy cuestionan”, indica la declaración, que también adelanta que el país objetará “cualquier intento de imposición de obligaciones que atenten” contra las necesidades nacionales de desarrollo económico. 

Entre los ambientalistas existe el temor de que la Argentina abandone el Acuerdo de París, como hicieron los Estados Unidos durante el mandato de Donald Trump. No obstante, el canciller argentino, Gerardo Werthein, aseguró que sólo habrá una "reevaluación" de posiciones.

Estas actitudes, junto al hecho de que el Gobierno eliminó todas las referencias al cambio climático, generan una situación que preocupa a los expertos. Jan Burck, de Germanwatch, señaló que "este estado de negación conduce al estancamiento y la regresión de la acción climática". Sin embargo, destacó que algunos gobiernos locales y ciudades argentinas implementaron políticas respetuosas con el clima, a pesar de la falta de liderazgo a nivel nacional.

Comparación con otros países

El Índice destaca a Dinamarca, Países Bajos y Gran Bretaña como los países con mejor desempeño en sus políticas contra la crisis climática. Dinamarca, que ocupa el cuarto lugar, sigue siendo el país mejor clasificado. El Gobierno danés estableció ambiciosos objetivos climáticos, entre ellos, alcanzar un balance neto de emisiones cero en 2045.

En Latinoamérica, el líder es Chile, el único país considerado de alto desempeño, en la posición 11 del Índice. “Chile recibe una calificación alta en la categoría de emisiones de GEI, media en política climática y energías renovables, y baja en uso de energía, debido a la meta poco ambiciosa del país y su débil desempeño en GEI per cápita en comparación con un punto de referencia muy por debajo de los 2°C”, explica el informe de Germanwatch.

Brasil está en la posición 23. “En 2023, el país restringió la deforestación, promovió la expansión de las energías renovables y volvió a su NDC (Contribución Determinada a Nivel Nacional) original”, se detalla.

Tanto Chile como Brasil presentaron nuevos objetivos para 2035, que incluyen la reducción de entre el 59% y el 67% de las emisiones en comparación con 2005. En contraste, la Argentina sigue sin un programa claro y definido para abandonar los combustibles fósiles, especialmente en el sector térmico y vehicular.

Los cuatro peores países en el índice son Irán, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos y Rusia, todos responsables de altas emisiones, y con una proporción de energías renovables inferior al 3%.